Hace unos días tuve la oportunidad de asistir al Congreso Nacional Agilidad en Software, Ibero 2016, ¡Excelente evento! Todos los temas muy interesantes, aunque los de mi mayor interés fueron aquellos en donde se tocó el factor humano: sin felicidad, no hay agilidad.

En la película “Charlie y la fábrica de Chocolate” (del director Mel Stuart), hay una escena en donde Willy Wonka se encuentra con su psicólogo (un Oompa Loompa bastante serio, por cierto) confesándole que hace unos días ha aparecido una cana en su cabello, situación que le preocupaba, que ya no se sentía igual a como hace algunos días, que ahora sus dulces ya no tenían sabores grandiosos, ni a él le gustaban… y entonces saca la conclusión de que él no se sentía bien y, por ende, lo que hacía no le salía bien. Wonka me confirmó lo que venía pensando hace mucho tiempo, primero debes de ser feliz, para después tener éxito.

Este es mi primer artículo por aquí, no soy muy bueno redactando y tampoco transmitiendo ideas, pero esta vez lo intentaré. Si algún lector llega al final de la lectura, me sentiré muy alagado, y si me da su punto de vista, me sentiré pleno ¡Vamos al meollo del tema!

¿Amas tu actual empleo? Una pregunta fácil de responder a la primera: SI, después venía la trampa; nos hicieron dudar del amor que le teníamos a nuestra empresa: “Si te dieran 200,000 mil dólares, ¿seguirías trabajando en donde actualmente lo haces?” y ahí me di cuenta de que no tengo tanto amor por mi empleo… pero tranquilos, no me califiquen como traidor aún, pensé que con esa cantidad de dinero fundaría mi propia empresa. Los demás pueden defenderse con los siguientes puntos:

  • ¿Tu empresa te apapacha? ¿Qué tanto? Un empleado cómodo puede estar sentado horas sin tener en cuenta la noción del tiempo (como cuando te sientas en tu sofá a jugar videojuegos, claro, si eres gamer y tu sofá es suficientemente cómodo). La empresa debe tener espacios en donde la gente quiera ir a trabajar, que el empleado no vaya con la idea de “otro día sentado en esa molesta silla”, por ejemplo. ¿Has participado en alguna encuesta de clima laboral?
  • ¿Tienes un buen líder? Porque muchas personas aman su trabajo, pero odian a su jefe (me temo que la palabra jefe, en pocos años ya no va a existir). Un buen líder busca lo mejor para ti; te enseña cuando el viento sopla, a construir molinos en vez de muros; te da permiso para romper las reglas (sugerencia: en tu empresa, busca la regla más tonta y rómpela, así nace la innovación); en fin, un buen líder busca que sus empleados se pongan la playera y la mantengan, evitando a toda costa tener empleados activamente descomprometidos (aquellos que buscan meter el pie para ocasionar problemas). “Un líder eficaz inventa el futuro”.
  • ¿Tienes felicidad laboral? Aún recuerdo un anterior empleo, me sentía muy cómodo trabajando con un excelente equipo, no sólo éramos compañeros de trabajo, sino formamos lazos de amistad y compromiso uno con el otro. Nuestra organización laboral era muy buena, cuando me daban una tarea, yo tenía la oportunidad y confianza de decir “¿y por qué no me dejas trabajar en la tarea B?, recuerda que domino más el tema y me gusta”, otro tenía la confianza de pedir la tarea A y así lográbamos entregar más resultados, nuestra coordinación era tan buena (la envidia tiene el sueño muy ligero) que no faltó el que quiso separa al “grupito de los invencibles” … todos terminamos renunciando. Hoy, los otros tres trabajan en la competencia aplicando lo aprendido, juntos, aún seguimos teniendo comunicación a pesar de que ya estoy en otra ciudad. Si estás con las personas indicadas, es muy probable que entonces tengas la famosa felicidad laboral, y si no, ¿qué haces en un ambiente hostil?
  • No todo es “talacha”, ¿y tu vida personal? Tu empresa te debe permitir tener un balanceo de vida y trabajo, muchas empresas se están dando cuenta de que si trabajas 8 horas puedes rendir menos que trabajar 6 horas (espero después escribir un artículo de este tema), y están reduciendo el horario laboral. ¿Por qué? Sencillo, el empleado que sale temprano tiene la oportunidad de salir y hacer lo que más le gusta: ir al gimnasio, pasar el tiempo con su familia, leer libros, etc. Se están inclinando a trabajar más por objetivos, que por tiempo.
  • Te esfuerzas al máximo por demostrar que eres bueno, cumples con calidad, tiempo y forma, pero ¿y los beneficios o compensaciones? Siempre lo hago, recuerdo también en un anterior trabajo, me esforcé mucho por demostrar mis resultados, hacía el doble de lo que otros que tenían más años en la empresa, me esforzaba por generarle ganancias a mi organización, pensando que se darían cuenta mis superiores y me darían la compensación (¿quién no se esfuerza para vivir mejor?). Si, efectivamente se dieron cuenta de que yo “era bueno” y en 7 meses aproximadamente me nombraron líder de 6 personas (becarios), ¡Qué chido! Hicimos un buen equipo y demostramos poder sacar todas las tareas muy bien, ya era hora de hablar con el jefe de un aumento… ¡Nunca tuvo tiempo de escucharme! ¡Siempre en juntas! (Aunque veía lo contrario). Un día sin haberlo pensado, ¡Renuncié! Esas decisiones “atrabancadas” me han permitido salir de mi zona de confort y escalar un poco, siempre hay algo mejor. Nada más desmotivante para el empleado, que saber que haces más que otros, y tus recompensas son menores que las de ellos, gente que es muy buena “en el choro”.
  • Los empleados infelices cuestan, y cuestan mucho, tarde o temprano terminarán marchándose, y mientras están ahí, harán su trabajo a medias porque no se encuentran totalmente motivados. Si eres líder, debes de tratar bien a tus empleados, mantenerlos ocupados, pero no explotados, es un mito eso de “debes de estar siempre ocupado”, me ha tocado ver a juniors que se esfuerzan mucho, acaban sus actividades pronto y el jefe les lleva más trabajo, mientras la mayoría de los siniors acaban sus actividades y se quedan callados porque ya tienen la experiencia, el colmillo; una actividad de 1 hora la cotizan en 4 (perdón por revelar este dato, que todos ya sabemos). Esta situación, en un tiempo, cansa.
  • ¿Qué necesitamos los trabajadores del conocimiento? No necesitamos ni una “lideratura” al estilo Hitler, ni tampoco caer en la anarquía en donde todos hagamos lo que se nos pegue en gana.

Y contra todos estos puntos, ¿cuál sería la fórmula mágica para que los empleados se pongan y mantengan la camiseta con su líder? Pues lo que todos deseamos:

  •  Nos gusta sentirnos “empoderados”, ¿a quién no? Que nuestras participaciones sean escuchadas, que nos consideren en la toma de decisiones, que no nos impongan, que antes nos consulten, nuestra opinión quizá es lo más importante, porque al final, nosotros lo haremos, lo haremos a medias o no lo haremos (para los rebeldes).
  • ¡Qué motivador trabajar en un lugar en donde se busca la innovación + mejora continua! Porque seguramente me dejarán sugerir y participar.
  • La toma de decisiones siempre debe ser en conjunto; estoy de acuerdo a que siempre es necesario la figura de superior, pero esto no quiere decir que las decisiones sólo las pueda tomar él, es mejor trabajar bajo una cultura horizontal, en donde todos participan y todos tienen oportunidad de decidir.
  • Pensar en el bienestar de los empleados, ¿Qué tal los jueves salir a las 5 p.m. para ir a echar una cascarita? Y al empleado nuevo, ¿por qué no invitarlo por un café para preguntarle cómo se ha sentido en su primera semana? No es costoso, pero muy beneficioso.
  • Permitir a los empleados VIVIR, NO SOBREVIVIR.

Como ya lo debes haber concluido, el factor humano es lo más importante en el éxito de tu empresa. Tus empleados no te dirán lo que les molesta por miedo a represalias, a menos que les des la confianza de que eso no pasará y que tu intención es siempre escucharlos y buscar lo mejor para ellos. Si logras que tus empleados sean más felices en el trabajo, lograrás que sean más productivos (que conclusión tan breve). ¡Gracias por leer!